El olor a pobreza neutralizaba mis sentidos, La madera podrida cruje al cobijarme, Mis pies ya moldeados al camino de piedra y lodo, Parecen clamar a gritos por el peso de mi cuerpo, Cuerpo cansado, lánguido, cubierto por el hambre que destella miseria, Costillas y huesos claramente definidos, Demarcando su territorio, brotados en busca del sol. Estoy aquí, de espalda a la noche, Oculto entre sus nubes de soledad infinita, Sintiendo el yugo que oprime mi existencia, Mientras su techo se engalana con luces de estrellas, Como queriendo burlarse de mi querella. Hoy al igual que ayer, pero más consumido, Me he dormido aquí reposando el hambre que he vivido, Las tripas discuten por el jugo gástrico vertido, Producto de un sueño de un pan ingerido. Cada día que pasa me acerca más a la tierra que piso, Y se que pronto me hará de ella, es un compromiso, Y mi vida habrá pasado y nadie se habrá enterado, Que un cuerpo como el mio vivió, sufrió y murió Sin futuro ni destino y ajeno para todos, Seré enterrado y consumido. Otro día nace empujando el manto que cubre el oscuro cielo, Todo es más claro, se inicia la rutina de nuevo. Hablo con mis pies y a fuerza los convenzo, De que hay que andar en esta vida para lograr alimento, Algo que permita hacer en este estómago una fiesta de aliento. Y camino, y camino tanto que me lleva el viento, Tropezando con los pensamientos de la gente, Que maldice de mi cuerpo mi mal aliento, Que ni le importa, ni le conmueve el hambre que siento. De repente siento alivio de la sed que me embarga, Es la sobra de un refresco que refresca mi garganta. Es tanta la miseria, que muchas veces he pensado, Vender mi estómago por poco uso, razón de su buen estado, A personas que de tanto comer, ya lo tienen desgastado.
Apagaré la luz para navegar en la oscuridad, Y tu imagen a mi acudirá, sin preguntas, sin peros, Y me daré un festín con tu cuerpo entero, Y te amaré hasta saciar todos mis deseos. Y nuestros cuerpos satisfechos, Se fundirán pecho a pecho, Y formaran un solo corazón, Que se hará más fuerte en cada latido, Tal y como era el anhelo de cupido. Tu pensamiento se posará en el mío, Y seremos uno para el otro sin desafió, Viajaremos por el mundo sin desvió, Alimentando nuestro amor al libre albedrío. Desafiaremos los poetas, Por no poder descifrar nuestras metas, Y también al pintor, Por no poder pintar nuestro amor, Nos empaparemos de ti y de mi, Como la arena al cemento, Para siempre fortalecer nuestros sentimientos. De repente un golpe en la puerta estremece mi oído, Y tengo que prender la luz y el hermoso sueño se ha desvanecido, Pero al verte recordaré, que aunque fuera en un sueño mi empeño logré.
Poco a poco el cielo va ocultando su color, Y de esa misma manera se van incrementando mis ansias por ti, Mis pensamientos se encierran en un circulo vicioso llamado tú, Tu imagen acude a mi para hacerte presente constantemente. El tímido viento me recuerda al oído, Como llego el primer beso, Como se poso tu piel en mi piel, Y como mis cinco sentidos se conectaron a los tuyos, Atrapando la noche entre murmullos. Deseo regresar al contacto de tu ser, Quiero beber la miel de tus labios, Y aspirar tu fragancia por todos lados, Dame la dicha de ese momento, Y te aseguro que no habrá arrepentimiento.
Las rosas celan tu belleza Y se arropan con sus pétalos para no sufrir cuando pasas frente a ellas, El otoño viste los caminos de gala Y tiende a tu paso una multicolor alfombra estampada, Los pájaros se esmeran con sus mejores tonadas, Y tú caminas lentamente asimilando luz en cada pisada. Los arboles se inclinan para saludarte Y dejan brechas para que el sol pueda iluminarte, Las hojas acarician tus pies Y los mantienen limpios Marcando tu rastro a la vez. Llegas a mi como en cámara lenta, Y te paras de frente, Y tu mirada me alimenta, Quedo mudo y estremeces mi existencia, Inmóvil, como enamorado en la adolescencia. La Seda de tus manos me trae a la realidad Y entre rayos cruzados de sol y cielo, Recibo besos sagrados y certeros Que me llenan de pasión y cumplen con la ilusión que espero. Hoy solo quiero sentar al tiempo Para que nunca me arrebate este momento. Que se detenga el día Y que no cese el viento, Para que tu pelo acaricie todo este sentimiento. Que sigan su tarea los ríos y arroyuelos Alimentando la sed de nuestro amor y el suelo, Que tu boca resbale lentamente en la mía Para degustar el manjar de esta maravilla. Y juntos caminamos Tomados de las manos Conectado por ellas Todo el amor que sembramos.
He vivido este amor, Con la delicadeza que cae una gota de rocío, Así, como tu nombre, Como cuando la gota de lluvia que baja lenta por la ventana se encuentra con otra y la arrastra Acelerando su caída. Amor intenso, delicado como pétalo de rosa, Dorado como el oro, Constante como la respiración, Amor que activa todos nuestros sentidos. Disfrutar de tu emoción, en cada momento, En cada acción, Ha convertido mi vida en una ilusión. Sé que tienes que partir de mi vida, Y no quiero una triste despedida, Deseo hacerlo con un beso lento, suave, Que desvanezca el tiempo, Guardando para siempre lo vivido. Este amor será abrigo de mi invierno, Luz de mi madrugada. Sera la senda que he de recorrer, En cada paso una taquicardia, y en cada recuerdo un nuevo atardecer. Al alejarte, con movimientos lentos, Veo como se apaga tu imagen en el infinito, Y deseo que la vida te conceda, Un amor para siempre y bonito.
Dos almas, perdidas en el espacio y en el tiempo, Flotan inerte, desarropadas en el invierno de sus vidas, Buscando en el vacío de su existencia algo que las justifique, Que haga estallar el volcán que sienten por dentro, Y así van pasando los años momento a momento. Quieren adornar sus días para sentir que van viviendo, Y se envuelven en mágicos pensamientos, En una lluvia de colores que al pasar, los regresa a blanco y negro; Pero no mata la esperanza de que mañana logren su intento. Tienen sus familias y parecen contentos, Pero nadie sabe lo que sufren por dentro, Cosechando sus deseos que se pierden en el viento. Una y otra vez se llenan de ilusión, Al conocer a alguien que le llena de emoción, Pero todo se reduce a cenizas en la realidad, Y luego como un rayo inesperado, la desilusión. No importa cuantas veces el rayo truene su frustración, No importa que el blanco y negro adornen su función, En sus mentes se mantiene viva y ardiente la confianza, Que su dolor terminará y un nuevo y radiante sol les iluminará, Y su encuentro, de verdaderos colores se teñirá.
Su ajada piel sostiene sus pensamientos, Pensamientos avalados por la experiencia, Cosecha que hoy recoge con orgullo, Por estar tranquilo con su consecuencia. Despierta al paso de la madrugada, Disfrutando cada minuto de su morada, respira profundo y siente, el aroma puro del ser viviente. Conjuga la vida en dos verbos, La une a la naturaleza y la considera un verso, Su mirada firme aprecia el esplendor, De su amanecer a su alrededor. Sigue el reloj caminando, el día se parte a la mitad, sigue disfrutando su dicha y más allá, Pero a pesar de todo lo vivido y todo lo logrado ya, No se siente satisfecho, por sentir que puede dar mucho más, Y la noche le sorprende, acabando su ansiedad.
Con la seguridad que caen las hojas de otoño, Como agua que corre ágil en la cascada, Caliente como brasa que consume el fuego, Así es mi amor por ti. Deseo ser la ola que empape el mar de tus ambiciones, Ser el torrente que sacie tus ansias de amor, Quiero ser el equilibrio que sostenga tu existencia, Y guiarte siempre por la vía de mis experiencias.
Un traje ancho y todo estrujado Es la vestimenta que le ha quedado, Dura, manchada y sin color, A la que solo le llega el dolor. Torpe, cansado y abatido. Ahora piensa en lo que pudo haber sido, Y se amarga la existencia por todo lo perdido. En tantos años ha aumentado de peso, Ha crecido, se ha puesto viejo, Y de nada le ha servido. Su vida papel en blanco, que probablemente él ha leído, Que pasa como pedazo de pan comido, Que a nadie le quita el hambre y pasa desapercibido. Ha cabalgado por la vida sin ver el camino, Ha gastado suela y suela y a ninguna parte ha ido, Estando envuelto solo en el momento vivido. Trata de agarrar el tiempo, Ahora que esta casi dormido, Por no tener ningún recuerdo Ni nada que le de abrigo. Lucha con su pensamiento Y se llena de temor, Se muerde los labios y exclama a viva voz, Deseo vivir, Deseo vivir, Pero el hacha implacable del tiempo, De un solo golpe se lo llevo como al viento.
Buenos días hermano sol, Espero ilumines el día con brillo y esplendor, Que se construyan los vientos, Y se pinte el color. Que el mundo estire su cuerpo y lave su cara, Para que tengamos un hermoso día y una fe más clara. Que el calor de tus rayos despierte responsabilidad Para que todos juntos encontremos la paz. Enciende al paso el día bendito, Para que a la noche no le duela ni un poquito, Porque en ella descansamos, nuestros sueños infinitos.